Para obtener una buena cosecha, es importante ser paciente y darle a la planta un buen secado y curado.

El proceso de secado debe ser lento para que la clorofila se descomponga y la hierba no resulte desagradable al fumarla. El tiempo de secado suele durar entre 3 y 4 semanas, dependiendo de la humedad en el ambiente, el tamaño, la temperatura, etc…

Un lugar muy húmedo (sobre el 70% o más) puede propiciar la aparición de hongos. Por el contrario, si la humedad es muy baja, el secado será rápido y el sabor y aroma de la planta se verá perjudicado. Las condiciones óptimas son; entre 18-24ºc y entre el 45-55% de humedad.

Lo más común es colgar las plantas (o las ramas por separado) boca abajo y separados, en una sala ventilada y a oscuras, dado que la luz directa degrada los componentes activos de la marihuana.

Sabremos cuando está seca cuando al doblar una rama, esta se rompa crujiendo. El objetivo no es secarla del todo, debe guardar entre un 5 y un 10% de humedad, esto hará que la textura de la hierba al ser triturada sea esponjosa y no polvo.

El curado de marihuana es la fase en que la hierba se guarda en recipientes opacos herméticos o cajas de mader de cedro.

La primera semana se han de abrir durante unos minutos todos los días para renovar el aire y que no salgan hongos.

Además con el curado la resina termina de madurar y desaparece la clorofila que pudiese quedar del secado. Así ganará en sabor, olor y potencia.